• noviembre 25, 2024
 Prevención y rehabilitación, nuestra tarea pendiente

Prevención y rehabilitación, nuestra tarea pendiente

Hemos visto como esta semana se sitúa a Chile, como el tercer país en todo el mundo con mayor consumo de marihuana, lo que lleva a cuestionarse lo que el modelo geopolítico plantea: medidas de control de tráfico, fortalecer estructuras gubernamentales, disminuir la oferta y la demanda de las drogas y sustancias psicoactivas.

Chile por mucho tiempo ha sido un país de tránsito de droga producto de la permeabilidad de nuestras fronteras y al día de hoy se ha convertido en un país de destino, lo que agrava la situación actual y pone en la palestra la importancia de la prevención y rehabilitación.
El énfasis debe estar puesto en cómo visualizamos el fenómeno de la droga, ya que existe una visión parcial de este tema, no considerando la multicausalidad de este fenómeno, que además, es dinámico. Es importante destacar el gasto que genera para la salud pública, donde lideran las drogas licitas como el alcohol y tabaco.

La complejidad de la situación obliga a una estrecha colaboración entre distintas disciplinas, lo que favorece la obtención de un mayor y mejor conocimiento y una mayor y mejor comprensión de la realidad del individuo y de su proceso evolutivo y socializador. En el ejercicio de mi carrera como Psicóloga, he vivenciado la importancia de fortalecer equipos de trabajo, es por esto que, la incorporación a las duplas psicosociales, de educadores, monitores, terapeutas ocupacionales y técnicos en prevención y rehabilitación en drogodependencia, carrera emergente desde el año 2019 en Chillán, que ha generado altas expectativas en los centros de tratamiento, salud pública y colegios, abriendo campos que antes no eran considerados, para generar cambios en prevención y tratamiento, con especialistas en el área, como una forma de acortar la brecha de atención especializada y disminuir las principales barreras de acceso a tratamiento.

Esta intervención se hace aún más relevante si tomamos en cuenta ciertos períodos críticos de un sujeto, en su formación biopsicosocial. La niñez y la adolescencia son dos etapas que implican vulnerabilidad, pero a la vez una alta plasticidad y un enorme poder de reparación.

Es importante destacar la importancia del modelo biopsicosocial para abordar esta problemática de manera integral, considerando que existen alteraciones en la salud física y mental además de la influencia del entorno, también es importante lograr identificar los factores de riesgo y factores protectores que harán que un sujeto esté más vulnerable a comenzar a consumir drogas o a desarrollar un consumo problemático.

Los factores de riesgo y de protección abarcan características psicológicas, sociales, familiares y de conducta.

La Familia es el principal factor protector, responsables de lograr que un sujeto desarrolle una adecuada autoestima, internalización de límites y normas, manejo en la resolución de problemas, autocontrol emocional y conductual, habilidades sociales, capacidad para expresar y reconocer sentimientos, tolerancia a la frustración, tener metas personales y proyecto de vida. También como sociedad somos responsables de esto y existe la necesidad de realizar prevención en colegios desde la primera infancia y a sus familias, proponer iniciativas multisectoriales y multilaterales, disminuyen así los factores de riesgo y aumentan los protectores. Además, promover la unión familiar, el rol parental, evaluar la percepción de riesgo sobre todo cuando se normaliza el consumo de alcohol o tabaco dentro de la familia o entorno cercano.

La construcción de un modelo comprensivo evolutivo, pertinente e integral es la meta a seguir, a mi modo de ver, comprender y tener la posibilidad de actuar frente a un fenómeno que avanza y deja a su paso jóvenes y familias destruidas, que muchas veces por recursos o por miedo y vergüenza no buscan la ayuda necesaria.

El flagelo de la droga en los últimos años se ha posicionado en nuestro país y a nivel mundial y como sociedad debemos hacernos cargo del daño que provoca no solo a nivel personal, sino también a nivel familiar, laboral y educacional. Todas las áreas del ser humano se ven afectadas.

Los sectores vulnerables están dominados por traficantes, donde las posibilidades de desarrollo y crecimiento se ven mermadas por el consumo de drogas. Esto nos lleva a la tarea de fortalecer y aumentar el sentido de pertenencia de la comunidad en su barrio, que muchas veces deben enfrentarse a la dominación de narcotraficantes. Evitar que esto pase significa una integración social, de oportunidades, de apoyo a las familias y sus hijos.

Macarena Contreras Andrade, Psicóloga, Jefa de Carrera de TNS en Prevención y Rehabilitación en Drogodependencias Instituto profesional Virginio Gómez

Relacionados