La importancia de la competencia dentro de los mercados
Hace algunos días atrás una buena amiga me decía con mucho ahínco que uno de los principales problemas de la sociedad actual es la “competencia”. Y claramente esta palabra se ha ido cargando de un cierto rechazo emocional, donde pareciera ser, que la competencia generara algo malo en que unos ganen u otros pierdan. (Obviamente que la competencia desleal o la colusión es harina de otro costal).
Ahora, es claro que la competencia está inserta en muchas áreas de nuestras vidas pero yo me quisiera detener en una que genera diferentes posturas tanto filosóficas como también ideológicas; la competencia dentro del mercado. La existencia de la competencia dentro de toda economía de mercado representa un elemento central no únicamente para el desarrollo económico de las empresas sino también en el aspecto social al permitir el ejercicio de las libertades individuales básicas, entre ellas, la primera y más importante que es el ejercicio de la libertad de empresa. Esto quiere decir, que la creación de una empresa (cualquiera que esta sea) no es un derecho o privilegio de algunos pocos, todo lo contrario, todo aquel que tenga las ganas de hacerlo, le dedique parte de su tiempo a este sueño y le ponga mucho corazón a esto, lo más probable es que lo podrá hacer. Está lleno de casos de empresas que comenzaron desde muy abajo y que gracias a su innovación, al tiempo y la perseverancia han terminado siendo muy exitosas. Entonces si otros pueden yo también puedo!
Por otra parte, la competencia finalmente ayuda a las empresas a estar en constante movimiento para buscar mejorar su producto y/o servicio y hacerlo más competitivo en el mercado. En cuanto a los consumidores, la competencia abre el abanico de opciones que se tiene, dando la oportunidad de elegir lo que se prefiere entre una mayor gama de productos. Por esta razón, para contribuir al crecimiento económico y a la creación de empleo, que es algo que toda sociedad debiese buscar, es preciso lograr que en los mercados exista una verdadera libre competencia, sin restricciones ni situaciones monopólicas, sin acuerdos de fijación de precios y sin barreras de entrada para nuevos emprendedores. Ahora, cuando esto ocurre, se suele culpar al “modelo o al mercado”, cuando para mí, es un problema de las personas que lo componen, quienes sacan a relucir sus más bajos instintos con el fin de obtener mayor lucro o pasar a llevar al resto de manera muy desleal.
Entonces, creo que es un momento oportuno para darnos cuenta de que la competencia tiene grandes beneficios y que si la sabemos manejar bien, ella nos incentiva transversalmente a tener mayores opciones de una mejor calidad de vida para todos.
Rodrigo Lagno Soto, Director Ejecutivo, Magíster en Administración y Gestión Operacional.