La estadía del Gobernador Cristóbal Martínez en San Carlos
Desde abril que fijó su domicilio en el hogar de Blanca Moraga, una dirigente vecinal, en el sector Ultraestación de la segunda comuna más poblada de Ñuble. “Nunca me imaginé que la primera autoridad de la provincia iba a venir a quedarse en mi casa”, comenta quien le arrienda una habitación en su vivienda.
Varios son los principales aspectos que Cristóbal Martínez Ramírez, gobernador de Punilla, más destaca de poder vivir hace algunos meses en San Carlos, en el mismo territorio en el que se desempeña como máxima autoridad provincial. Pese a tener un fuerte vínculo familiar con la comuna de El Carmen, y del lugar donde creció y vivió toda su etapa escolar, Chillán, considera como positivo el haber fijado allá su residencia.
El Gobernador de la provincia que abarca a las comunas de San Carlos, Coihueco, San Fabián, San Nicolás y Ñiquén, desde abril de este año que reside en la casa de Blanca Moraga Flores, dueña de casa y dirigente vecinal, ubicada en las primeras cuadras de calle Manuel Antonio Matta, en el sector Ultraestación de la segunda comuna con más habitantes de la Región de Ñuble.
Por otra parte, este ingeniero comercial de 35 años reconoce que disfruta de la buena mano de la señora Blanca, de sus mascotas, una buena conversación y compartir con los vecinos, según comenta. “Se dieron las cosas. La principal motivación (para ir a vivir a San Carlos) pasa porque según creo, la gente de una comuna, o provincia en mi caso, quiere que sus autoridades vivan ahí y si bien tengo un arraigo fuerte con Chillán, me siento muy identificado con San Carlos, me gusta su gente y la forma que tienen de relacionarse, entre muchos otros aspectos que podría mencionar”, comenta Martínez.
Además, como revela “justo comenzó esta emergencia sanitaria por el Coronavirus”, lo que se transformó en otro factor para mantenerse más cerca de la comuna donde está su lugar de trabajo.
Respecto a lo que él considera como una buena oportunidad en su desempeño como gobernador, pese a que para ello deba estar lejos de su esposa (se casó hace un año) y de no estar todos los días durante el embarazo de un hijo que nacerá a fines de agosto, asegura que “si yo podía estar viviendo en un sector urbano, alejado del centro, ideal, además la casa tiene lo necesario y es muy acogedora. El hecho de haber venido a vivir a San Carlos hay una mayor cercanía con la comuna, para entender mejor sus problemáticas y estar cerca de los vecinos. En el mismo trayecto a la casa voy observando muchas cosas, a su gente y poder detenerme a conversar con ellos, eso ha sido una ventaja en mi trabajo”.
“A mucha gente puede llamarle la atención que el gobernador de la provincia viva en un sector más alejado en una ciudad, porque sale de un esquema establecido, pero esto para mí es normal. Cuando viví afuera (en el extranjero) compartí con mucha gente, en Nueva Zelanda trabajé en un restaurante; en Alemania, vivía en un campo donde criaban cerdos, para mí no hay diferencias entre una persona y otra”, enfatiza.
Sobre esa oportunidad que tuvo de haber podido ir a estudiar y a trabajar fuera del país -vivió además en Irlanda y en Estados Unidos- dice que “te aporta una visión diferente. Creo que conocer otras culturas, cómo viven, cómo afrontan los problemas y desafíos, eso me ha ayudado mucho en mi trabajo como gobernador”.
“Para ser tan joven, es muy bien organizado”
Una casa-esquina en calle Lurín ha sido durante estos últimos meses el hogar de Cristóbal Martínez. Cada cierto tiempo este gobernador de la “era de las redes sociales” dedica un espacio en su fanpage de Facebook o en su perfil de Instagram para mostrar una que otra foto con la señora Blanca y algo de su convivencia diaria.
Al consultarle si accede a hablar de este proceso de haber abierto las puertas de su casa al Gobernador de la Provincia de Punilla, Blanca nos dice, sin siquiera dudarlo, que sí.
“Llegó acá por un amigo de él, dirigente del club de rayuela, amigo de mi esposo y mío también, me comentó que él quería vivir en San Carlos y quería un lugar no central, quería estar en contacto con la gente, en un barrio. Por lo que se comenzó a buscar arriendos con otras personas y luego se acordó de mí y me vino a preguntar. Yo le dije ‘bueno, no hay ningún problema’. Así que le dije ya!, que viniera a ver mi casa primero, si le gustaba. Justo se hizo una comida de unos dirigentes, en un quincho que tengo en mi casa, y ahí vino, con otras autoridades más y le gustó la casa, que es antigua, de adobe. Después mi amigo me preguntó si yo estaba decidida y yo le dije que sí”, explica.
“Nunca me imaginé que la primera autoridad de la provincia iba a venir a quedarse acá en mi casa, que haya elegido mi hogar para estar el tiempo que estimara conveniente”, añade con una cuota no menor de orgullo.
Aún cuando reconoce que producto de sus actividades algunos días, “poco se ve acá”, ha podido ver en Martínez “una persona muy educada, muy respetuoso y muy sencillo”. “Para ser tan joven, es muy bien organizado y lo que más me gusta es su sencillez, una persona alegre y muy preocupada de su trabajo y de su hogar con su esposa”, agrega.
Cultivando amistades
Entre las opiniones que uno puede escuchar o leer de Cristóbal Martínez, principalmente en redes sociales, o de alguien que lo conozca en su rol como gobernador, su cercanía y sencillez son dos de sus principales cualidades. Esos puntos, precisamente, son los que él también destaca, en general, de los vecinos de San Carlos en sus incontables actividades en juntas de vecinos, clubes de adultos mayores o clubes deportivos, tanto en la ciudad como en sectores rurales, y que según reconoce, “me han hecho sentir muy cómodo”.
Su preferencia por el trabajo en terreno -que se ha visto algo coartado durante la pandemia-lo han hecho conocer un poco más la idiosincrasia de los habitantes de la tierra que hoy lo recibe como uno más de sus habitantes. “San Carlos, al igual que todos nuestros vecinos de Ñuble, está lleno de gente buena, cariñosa, amable, si te ven en la calle te saludan. Se vive algo muy especial que es la cercanía de su gente y la relación que ellos cultivan con sus autoridades es diferente a lo que uno puede ver en Santiago, por ejemplo, donde existe otro trato. Acá hay una relación de tú a tú, hay más respeto y mucha gente quiere aportar desde su sector, se fijan en la persona y eso permite que se puedan generar vínculos de amistad. De hecho, considero a varias personas como mis amigos, me comunico con ellos permanentemente, aun cuando ya no nos podamos ver como antes por la emergencia que ha generado el Coronavirus, pero se ha generado un cariño grande y yo también lo siento de muchos”, analiza de este tiempo en la comuna. Sobre su diario vivir, esa cotidianeidad que ha estrechado los vínculos y la relación con los habitantes de San Carlos, Cristóbal Martínez agrega que el tiempo que pasa ahí “trato de pasar piola, a ella (la Sra. Blanca) le puede generar algún problema que llegue gente a su casa, a causa mía, lo que no corresponde. He tratado de pasar desapercibido y de no causarle alguna molestia”.
Blanca, por su parte, asegura que “mis vecinos están contentos porque él haya elegido este sector para venirse a vivir”.